CIRUGíA DE LA PARÓTIDA
¿En qué consiste la cirugía de la parótida?
La glándula parótida es un órgano encargado de producir la saliva necesaria para realizar la primera fase de la digestión de los alimentos en la boca. Está situada por delante de la oreja, tiene forma circular y puede medir unos 6 a 8 cm aproximadamente. Tiene un conducto por el que se recolecta toda la saliva para verterla a la cavidad oral, localizándose esta salida en la mucosa del carrillo en una pequeña protuberancia que se encuentra cercano a los molares superiores (denominada “papila del conducto de Stenon”). Está muy próxima a una gran cantidad de estructuras adyacentes, como es el caso del músculo esternocleidomastoideo, algunas venas como la retromandibular y los vasos temporales superficiales, pero es la proximidad al nervio facial el que hace que la cirugía de la parótida sea tan especial.
El nervio facial es el encargado de que podamos mover los músculos de la cara. Desde su salida en la base del cráneo, se introduce en la glándula parótida para ramificarse e inervar todos los músculos faciales. En la cirugía de la parótida es necesario separar muy cuidadosamente este nervio para no dañarlo. La experiencia del cirujano y su destreza permiten ofrecer cirugías seguras y con riesgo bajo de lesión de dicho nervio.
Las 5 preguntas clave para preguntar en la consulta previa
La extirpación completa de la parótida, en manos entrenadas, suele ocupar unas dos horas.
Anestesia general
Generalmente suele ser necesario una estancia de unas 24 o 48 horas.
Tras retirar los drenajes se puede hacer una vida relativamente normal, no obstante se recomienda reposo en casa entre 5 y 7 días.
Este tipo de cirugías precisan de gran destreza y minuciosidad por parte del cirujano, ya que existen estructuras de gran importancia como es el nervio facial. Se necesita una amplia experiencia y conocimiento de la cara para minimizar el riesgo. Así mismo, es importante confiar en que el cirujano que va a realizar la cirugía de la parótida realice una correcta sutura estética de los tejidos para que posteriormente se note lo menos posible. En aquellos casos en los que sea necesario, se pueden realizar técnicas reparadoras, como una infiltración grasa en la celda parotídea para minimizar el resultado de una extirpación glandular.
¿A quién va dirigida la cirugía de la parótida?
La causa más frecuente por la que se realiza cirugía sobre la glándula de la parótida es debido a tumores, que en su mayoría son benignos. En algunos casos, ciertas personas pueden tener tendencia a padecer tumores malignos de glándulas. Otro grupo de pacientes sufren dolores e inflamaciones faciales que se deben a la obstrucción de los conductos de la saliva por “piedras” similares a las que se encuentran en la vejiga o en la vesícula biliar. A esta afección se la conoce como “sialolitiasis”. Es necesario realizar un adecuado estudio previo que puede incluir la realización de pruebas de imagen (como tomografías, resonancias o ecografías) así como analíticas de sangre.